sábado, 29 de diciembre de 2012

Otra vuelta de tuerca


“Estoy absolutamente de acuerdo en lo tocante al fantasma del que hablaba Griffin, o lo que haya sido, el cual, por aparecerse primero al niño, muestra una característica especial. Pero no es el primer caso que conozco en que se involucre a un niño. Si el niño produce el efecto de otra vuelta de tuerca, ¿qué dirían ustedes de dos niños?”

Así nos introduce el señor Douglas al documento que leería poco después, el manuscrito que dejó la que en su primera juventud fue la inexperta institutriz de dos huérfanos de corta edad en una villa campestre inglesa, sin más compañía que la de una bonachona ama de llaves y bajo la estricta norma de no contactar jamás con su patrón, el tío y tutor de los pequeños. 

The Innocents (1961), película inspirada en el libro

La pequeña Flora no tiene edad para ir aún a la escuela, pero sí el niño Miles, quien no tardará en volver a la mansión, expulsado por una conducta inapropiada. La institutriz, prendada por sus pupilos, no consigue imaginarse cómo Miles ha podido ser expulsado, cosa de la que el niño nunca habla. Al poco de la vuelta de Miles, la institutriz comienza a ver por distintos lugares de la casa a dos personas a las que nunca antes ha visto. Tras describírselas al ama de llaves, descubre que son la anterior institutriz, la señorita Jessel, y el ayudante de cámara del patrón, Peter Quint. Ambos personajes habían mantenido una turbia relación no solo entre ellos, sino también con los niños. Y lo más sorprendente: Jessel y Quint llevan tiempo muertos. ¿Son fantasmas que han venido a reclamar la vida de los pequeños?

Esta obra, escrita por el estadounidense Henry James, rezuma belleza, pues está escrita con gran elegancia y refinamiento, cosa que ayuda enormemente a recrear el ambiente aristocrático en el que se desenvuelve la familia protagonista.

La historia comienza describiendo el día a día en la idílica casona victoriana. Días de poemas, latín y artes en general, con una inocente institutriz fascinada con la belleza y el encanto de los niños. Pero la estabilidad se ve dramáticamente truncada con la expulsión de Miles, pues da a entender que no es tan perfecto como parece, sino que oculta algo, y la consiguiente aparición de los espectros. Tras estos acontecimientos, la apacible historia da paso a una pavorosa historia de terror.

Desde siempre nos hemos preguntado por qué es tan sugestiva esta vuelta de tuerca. Tras mucho deliberar, hemos llegado a la conclusión de que diferentes elementos en la historia juegan un papel muy importante en este hecho.

El primero de estos inquietantes factores son los niños alrededor de los que se desarrolla la historia. Si bien los niños son siempre figuras que provocan miedo con facilidad, tanto por sus fantasías de las que los adultos no somos partícipes, como por un afán de protección por nuestra parte, Miles resulta especialmente perturbador, tanto por su carácter como por sus reacciones ante los diferentes sucesos. Actúa de un modo casi adulto que añade cierta dosis de perversidad al que parecía una inocente criatura.

La película Los otros está claramente inspirada en esta novela
Pero no solo los niños erizan los vellos del lector, hay dos adultos que consiguen hacerlo tan bien como ellos: la señorita Jessel y el señor Quint. Ya sean verdaderos fantasmas o no, su presencia es ciertamente sobrecogedora, por no mencionar las intenciones que se les atribuyen. Constantemente cae sobre ellos la sospecha de haber corrompido y seguir corrompiendo la inocencia de los niños. Pero ¿de qué modo? Nunca se sabe. Y quizás sea esta constante incertidumbre la que nos mantiene en vilo durante toda la lectura.

No es este el único enigma que permanece vivo de principio a fin. A nuestra imaginación queda dilucidar si estas apariciones son reales o forman parte de la mente enferma de la protagonista. En función a esto, puede cambiar toda la historia.

Una casa victoriana, llena de oscuros pasillos y secretos, tan inspirada en el sangriento pasado medieval, siempre se ha considerado el lugar perfecto en el que asistir a diferentes acontecimientos paranormales, tales como apariciones de fantasmas. Por otra parte, al tratarse de una historia englobada dentro de otra (gente que se reúne a contar historias de terror, del que solo conocemos esta), ayuda a dar credibilidad al relato que James nos ofrece.

Si tras leer el libro, releemos el prólogo, se crea una incertidumbre nueva en el lector. ¿Y si fuera una fantasma que juega a contar historias de fantasmas?

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