Nathaniel Hawthorne es conocido por el gran público gracias
a su obra maestra La letra escarlata, sin embargo hoy vamos a hablar de uno de
sus relatos cortos: La hija de Rappaccini.
El protagonista es Giovanni, un estudiante recién llegado a
Padua que, desde su habitación de alquiler, observa día tras día el exuberante
jardín del viejo doctor Giacomo Rappaccini. Con curiosidad ve que el doctor no
se atreve a tocar ni acercarse a las plantas, sino que llama a su hija Beatrice
para que lo haga en su lugar. Giovanni queda fascinado por la belleza de la
muchacha, increíblemente semejante a la flor más hermosa del jardín, que por
algún capricho de la naturaleza casi parece tener forma humana. Durante las
horas que pasa observando desde su ventana, Giovanni observa cómo todo animal
que toca esa flor muere rápidamente, y comprende que debe tratarse de una
planta venenosa. Sin embargo su estupor crece cuando ve que la bella Beatrice
mata un insecto solo con su aliento, y es que la muchacha se ha mimetizado
tanto con ese nuevo Edén que, si bien es inmune al veneno de las plantas, ella misma
se ha hecho venenosa para cualquier ser vivo que esté cerca de ella. Es a
partir de aquí que Giovanni se encuentra en una disyuntiva: quiere estar cerca
de la muchacha y amarla, pero al mismo tiempo la teme por su terrible poder…
Giovanni, Beatrice, Rappaccini |
Si debo ser sincera, este relato me conmovió. En un
principio lo estaba leyendo bastante extrañada, pero Hawthorne tiene la
habilidad de ir creando poco a poco el ambiente propicio para que, incluso
esperándote ya lo que va a ocurrir, no puedas evitar sentir ese pequeño
escalofrío.
A lo largo de todo el texto ves pequeños detalles que anticipan lo
que se avecina, pero no de forma tan evidente como desgraciadamente ocurre en
otras historias, su prosa no es tan directa sino que te hace ponerte en tensión
a través de algo tan simple como las descripciones del lugar. ¿Quién no se
sentiría en el paraíso si se encontrara con la visión de un enorme jardín lleno
de flores exóticas y colores vibrantes, por viejas y rotas que parezcan las
fuentes y cualquier otra obra creada por la mano del hombre? En esta historia
demuestra claramente que algo no necesita ser horrible para inspirar temor,
sino que una belleza demasiado sobrehumana puede causar el mismo sentimiento de
inquietud.
La decadencia y exuberancia del jardín |
Me llamó notablemente la atención la descripción de
Beatrice, ya que desde el principio te das cuenta de que no es una simple
muchacha. Una figura demasiado angelical, demasiado perfecta… Giovanni siente por ella tanto atracción como repulsión, y si debo
dar mi opinión personal al respecto, jamás diría que estuviera realmente
enamorado de Beatrice, solo maravillado por una criatura mesmérica que representaba lo
sublime en su esencia más pura. De hecho, a menudo me daba la impresión
de que estaba enamorado de sí mismo.
Por último, y si bien no quiero hablar del final del relato,
debo decir que para mí fue bastante impactante no tanto por los hechos que
relata sino por las palabras que pone en boca de sus personajes. Triste, cruel,
hermoso y conmovedor.
La letra escarlata es fantástica y contundente a la vez. Ésta no la he leído, pero me ha picado la curiosidad.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegra ver que las reseñas sirven para que algunas personas sientan curiosidad y se animen a leer. Espero que me comentes lo que te ha parecido en cuanto puedas.
Eliminar¡Ignoraba por completo que Octavio Paz hiciera una adaptación! Con lo mucho que admiro a ese hombre tan polifacético (su traducción de las Sendas de Oku es algo que llevo intentando conseguir mucho tiempo) seguro que es de lo más interesante, le echaré un ojo ahora mismo.
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