Los
animales de la Granja Manor no son felices. Deben soportar el hambre y los
malos tratos del granjero Jones sin que ello les permita evitar una muerte
prematura. Viejo Mayor, un venerable
cerdo al que se le ha permitido llegar a una edad avanzada, exhorta poco antes
de morir a sus compañeros a rebelarse en contra del tirano y formar una nueva
granja donde todos los animales sean libres e iguales. Las condiciones cada vez
peores aceleran la revolución: Jones es expulsado y la granja queda a cargo de
los cerdos. Pronto, las personalidades de dos de ellos, Snowball y Napoleón,
chocan estrepitosamente. Aun cuando han conseguido su revolución, el camino
hacia la igualdad y el respeto es complicado.
Tras
su inocente apariencia de fábula infantil, Rebelión en la granja, de George Orwell, es una feroz crítica
política y social. En el momento en el que Viejo Mayor se dirige a sus
compañeros animales bajo el nombre de “camaradas” y enuncia su revolucionario
discurso queda claro por dónde van los tiros: Efectivamente, a medida que los
hechos se van desarrollando, vemos plasmados con gran precisión los
acontecimientos más relevantes de la Revolución bolchevique y el posterior
régimen estalinista.

A
pesar de que la trama gire en torno a la ya mencionada revolución, no considero
que Orwell haga una crítica directa del comunismo per se. Los ideales que
promulgaba Viejo Mayor no dejan de ensalzarse en todo momento, el suyo era un
mensaje bello y justo sobre igualdad y libertad y, durante un tiempo, llegó a
ser factible un mundo tal y como el viejo cerdo proponía. Fue con la llegada de
la nueva generación de dirigentes cuando se dieron de lado a los ideales de la
Revolución que ellos mismos iniciaron y, cegados por el poder, dan comienzo a
una nueva era de opresión y desigualdad (creo que sobra decir a qué camarada señalaba Orwell como culpable directo
del fracaso).
Tal y
como yo lo veo, no es tanto una crítica a los ideales y reivindicaciones soviéticos
como a la corrupción de sus diligentes que, dándole un giro de tuerca a los acontecimientos,
se convirtieron en el azote de aquellos a los que habían jurado defender. Esta
corrupción puede extrapolarse casi hacia cualquier ámbito donde el poder sea
demasiado suculento, pero la Revolución rusa es el caso más claro de lo irónica
y contradictoria que puede volverse una revolución social.
Claro
que no toda la culpa debe atribuírsele a nuestros cerditos, puesto que el resto
de los animales les ha dejado hacer a su antojo, creyéndoles sin cuestionar
absolutamente cuando no poseen la cultura e inteligencia suficientes como para
comprender lo que ocurre, o, en caso contrario, mantenerse pasivamente escépticos,
sin comulgar con la situación, pero sin actuar en contra.
Rebelión en la granja es un libro
interesantísimo, tanto para acercarse a la Revolución rusa, como para reflexionar
sobre política en general, muy accesible para lectores de todo tipo, ameno e
increíblemente adictivo.
La verdad es que este libro es importante en la literatura universal, pero la manera en la que está enfocado no me termina de atraer. Lo tengo en casa, pero no creo que lo lea. Besos.
ResponderEliminarYo lo tengo en la lista de pendientes desde hace tiempo, y me llama muchísimo! Pero creo que por el trasfondo político merece ser leido con detenimiento, para reflexionar sobre lo que cuenta, y lo cierto es que ultimamente muchas ganas de reflexionar no tengo.... asi que van colándose otros títulos en la lista y el pobre ahí se queda....
ResponderEliminarHas hecho una muy buena reseña, por cierto!
¡Muchas gracias!
EliminarPor cierto, Violeta, te he nominado para un "juego". No te sientas obligada ni mucho menos, que es una chorrada. Un besazo!
EliminarNah, yo participo con ganas, que a mí estos juegos me resultan muy simpáticos xD
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