miércoles, 16 de octubre de 2013

Berenice

"Dicebant mihi sodales, si sepulchrum amicae visitarem, curas meas aliquantulum fore levatas" 
Ebn Zaiat

Con esta frase ("decíanme los amigos que encontraría algún alivio a mi dolor visitando la tumba de la amada"), presente en la ignominiosa cajita de Egaeus, da comienzo Edgar Allan Poe a Berenice, uno de sus primeros y más polémicos relatos, y con el que continuamos nuestro primer Mes del Terror.

Egaeus según una revista vintage japonesa.
El narrador, Egaeus, es un joven enfermizo, melancólico y monomaníaco. Su prima y prometida, la antaño vivaz y hermosa Berenice, sufre una fuerte epilepsia que suele desembocar en catalepsia. La prematura muerte de la joven, así como la última visión que tuvo de ella, atormentarán a Egaeus hasta el punto de hacerle perder la razón y cometer un espantoso crimen.

Que dentro de la producción de un autor tan dado al tenebrismo y lo macabro esta obra se considere especialmente perturbadora no es decir poco. El espanto que Berenice causó aquellos lectores que posaron sus ojos en las páginas del Southern Literary Messenger en marzo de 1835 fue tan grande que Poe se vio obligado a suprimir varios párrafos cara a futuras ediciones; párrafos que hoy en día no siempre (por no decir rara vez) aparecen publicados.

Quizás esta censura actual sea por tradición, o por no atormentar en demasía al ya angustiado lector. Pero especialistas en la obra del escritor estadounidense como Julio Cortázar (traductor de la obra que yo poseo) o Charles Baudelaire aseguran que el relato mejoró notablemente con dicha elipsis. Bien es cierto que esto da un último toque de oscuridad, haciéndonos más partícipes de la locura de Egaeus y que podamos compartir más su terror al descubrir su pecado. Y es que, incluso en la versión no censurada la violencia de los hechos es más tácita que manifiesta, dejándolo todo a la imaginación e inteligencia del lector. Con todo, el espectáculo que se intuye es verdaderamente macabro.

Visión: Dientes de Berenice (Odilon Redon)

Cada vez más indiferente hacia su demacrada prometida, Egaeus la desatiende, sin poder por otra parte dejar de observarla como un fascinante elemento de estudio, mas no de amor. El significado de la obsesión que lo enloquece sigue siendo objeto de especulación. Según algunos, al compararlo con otras obras de Poe, posiblemente se trate de una señal de la muerte inminente. Para los freudianos, se trata de un signo de castración o de terror ante la consumación física tras el matrimonio, posiblemente debido al escaso interés romántico y sexual de Egaeus por Berenice. Incluso se le ha acusado de fetichismo. Aunque no hay que descartar la posibilidad de que el joven buscase salvar aquello que seguía perteneciendo a la Berenice primigenia, lo que su enfermedad no había podido desvirtuar (e irónicamente esta salvación se convirtiese precisamente en la condena de Egaeus y la muerte de Berenice).

A quienes tengan una mente tan fuerte como para soportar la carga emocional de una sádica historia gótica... a quienes no les impresione meterse en la piel de un enfermo mental... a quienes sean lo suficientemente locos como para atreverse con la historia que Robert Louis Stevenson calificó como "terrible", pues "pulsa en nuestro pecho una cuerda, cuerda que acaso fuera mejor no tocar"... os deseo que paséis una feliz noche con Berenice.

5 comentarios:

  1. Estaba esperando a encontrar este relato y leerlo, aunque fuese por internet, para poder dejar mi opinión, y ahora que acabo de hacerlo (precisamente una traducción de Cortázar), y me ha dejado... No sé cómo definirlo. He temblado con cada palabra de Egaeus, he tragado saliva con cada descripción. En resumen, que la historia ha pulsado en mi pecho la susodicha cuerda.

    Algo me dice que esta noche voy a soñar con dientes, muchos dientes...

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    Respuestas
    1. ¿Tuviste pesadillas finalmente?

      Berenice me dejó trastornada varios días, me era difícil pensar en otra cosa que en los dientes y lo terrible que fue todo. Pero Liegia sí que me provocó pesadillas horribles. De las peores que he tenido.

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    2. De momento, no he tenido pesadillas. Pero voy a leerme todo lo que recomendéis en este Mes del Terror. Ya te contaré entonces...

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    3. Ya no vamos a recomendar nada más. El mes del terror terminó con El guardavías, el último de los cuatro relatos de los que íbamos a hablar durante octubre. Espero que disfrutes las dos que te quedan :)

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  2. Como fanática loca de la obra de un artista del horror como Edgar Allan Poe, no me queda otra opción que dejar constancia de que me alegra ver la que, para mí, es una de las obras más terroríficas de este hombre.

    Creo recordar que fue además uno de los primeros relatos que escribió. Su mala acogida me hace pensar que Poe se controló a partir de este momento, cuando realmente hubiera podido horrorizarnos y deleitarnos a partes iguales con su imaginación y sus propias obsesiones.

    Nunca dejará de resultarme patético el modo en que alude una y otra vez a la imagen de una hermosa joven destinada a morir. Muy a menudo, además, ante un impasible familiar o esposo, o ambas cosas. Como si intentara castigarse públicamente por sus propias experiencias escribiendo y, así, reviviendo una y otra vez a su amada prima.

    Pero lo que hace que resulte especialmente turbador es que prácticamente siempre la mujer que suponemos muerta está realmente viva... pero condenada.

    Lo grande de Poe es que expuso lo más horrible de su vida de forma obsesiva para disfrute y terror de sus fieles lectores. Y con Berenice lo hizo a lo grande.

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